A las personas que a menudo sufren de impulsos por comer, esta situación les resulta bastante agobiante, pues la mayoría es consciente de las consecuencias que puede tener para su salud y el exceso de peso que podrían ganar, generándoles aún más angustia (sentimiento de culpa) e impulsos por seguir comiendo.
Esta situación puede convertirse en un círculo vicioso y empeorar cuando nos sometemos a una dieta estricta, ya que nuestro cuerpo (y nuestra mente) percibe menos ingesta calórica y reacciona segregando mayor cantidad de la hormona del hambre para obligarnos a darle más calorías.
Comer por ansiedad tiene más razones psicológicas que fisiológicas, por eso, aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a controlarla:
1.- Escucha lo que tu cuerpo te quiere decir
Para combatir la ansiedad, primero debemos conocer qué la provoca. Todas las personas que comen por ansiedad, conscientes o no, tiene algo en su vida interior, personal, laboral, etc., que les provoca un malestar que intentan aliviar con la comida. Detéctala y busca un camino más saludable para calmarla.
2.- Respira lento y profundo
Los nervios y la angustia cambian el ritmo respiratorio y lo vuelven más rápido e inadecuado. Una de las pautas que recomiendan los especialistas para calmar la ansiedad por comer es tomar consciencia de la respiración y aprender a controlarla.
3.- Actívate
La actividad física es fundamental para combatir la ansiedad por comer, ya que ayuda a descargar las tensiones y libera hormonas que nos hacen sentir más felices. Además, está comprobado que hacer ejercicios reduce el apetito por comidas poco saludables.
4.- Mejora tu autoestima
Acéptate y ámate cómo eres, eso te ayudará a querer cuidarte por fuera y por dentro. Cuidar lo que comemos no solo debe tener un objetivo físico, debes ser consciente que lo haces porque te amas y porque quieres mantenerte saludable y llena de energías.
5.- Di lo que sientes
Expresar las emociones puede sonar inútil, pero es una buena terapia para disminuir la carga que llevas y evitar que tu refugio sea la comida. Si no tienes con quién expresarlas, escríbelas. Haz que tus emociones salgan al exterior y así serán más fáciles de manejar.
6.- Planifica tu día estratégicamente
Piensa en lo que harás durante el día, organiza tus tiempos y las obligaciones que debes cumplir. Piensa en tus tareas cotidianas y mantente ocupada el mayor tiempo posible, eso te ayudará a controlar el estrés y la ansiedad.
7.- Olvídate de las dietas demasiado restrictivas
Disfruta de la comida, no comas con remordimientos ni culpa. Intenta llevar una alimentación 80-20, 80% saludable, 20% no tan saludable. Los sentimientos de culpa solo te conducen a sentir más ansiedad y terminar comiendo más de la cuenta; por eso, no intentes hacerlo perfecto, hazlo lo mejor posible.
8.- Valora las cosas buenas de la vida
Disfruta de las personas que te rodean, agradece por lo que tienes, busca el placer en distintas actividades como la música, el baile, pasear, etc. Si te concentras más en lo positivo, empezarás a sentirte mejor y ya no tendrás que recurrir a la comida para sentir placer.
Recuerda que no somos perfectos y que siempre existirán tropiezos, el secreto está en aprender la lección y continuar. Si un día fallas y comes sin control, no intentes hacer dietas locas para “compensar”, sigue con tu vida e intenta hacerlo mejor la próxima vez. ¡Tú puedes!